Doctora di Forbole, quiero comentarle mi problema:
Me identificaré como "Grillín Enjaulado". Desde hace mucho tiempo tengo una curiosa afición, no la puedo controlar, es como si fuera mi destino: me cuelo en las bodas y seduzco a uno de los comensales.
Al principio todo comenzó por error. Uno de mis jefes me mandó a comprar unas telas negras por todo Madrid y por equivocación acabé en una sala de convites. Pensando que la que iba de blanco era la dependienta y que me hacía ojitos, acabé liándome nada más y nada menos que... ¡con la novia!
La cosa no acabó ahí, porque como lo pasé bien y me gustó un montón, me colé en otras bodas, y al principio seducía a las novias, luego a las damas de honor, luego a las floristas, padrinos, padres, madres, abuelas, novios, amigas envidiosas, fotógrafos, gente que entraba en el último momento porque tenía algo que decir, ramos de flores, sillas, sillones, tresillos, butacas, mecedoras, descalzadoras y todo tipo de invitados e invitadas que se pueda imaginar.
Mi pregunta es muy científica: ¿estoy bien de la chola?
Espero su respuesta con ansiedad.
Un saludo,
Grillín Enjaulado
Querido Grillín Enjaulado:
Antes de nada te pido disculpas por la tardanza...he estado algo liada con ciertos asuntillos (y también se me había olvidado por completo…jeje) ya ves, ¡¡¡el estar encerrada me está afectando más de lo que quiero!!!Pero bueno luego te cuento lo que me ha pasado. Primero resolveré tu consulta.
Sin duda alguna, las bodas tienen algo especial. Les rodea un intenso morrrbooo, esa sensación de que hay algo oculto en ellas, como si todos interpretarán un papel repartido al azar. Y luego están los trajes…¡¡¡¡o si los trajes!!! Esos trajes que no deben ser manchados por ningún tipo de postre volador. También están esos puros, esas rumbas, esa ropa interior, esos condones, esas fustas, esos brindis, esos "recuerdos" del convite, esos profesores de tango demasiado cariñosos, esos curas incastos, esas más que posibles cartas de abandono por parte de los camareros... Así que mi querido consultor, te comprendo. Y te digo que no, que no estás mal de la chola. De hecho yo también pasé por esa etapa, aunque yo no me colaba en las bodas…Aunque desde hace un tiempo se deben extraviar las invitaciones, porque no me llega ninguna, ni tampoco me avisan de reuniones familiares…que raro…Además, has experimentado algo que solemos olvidar…¡¡Los tresillos!!! Y cuando digo tresillos digo cualquier objeto inanimado. Con ellos puedes dar alas a tu imaginación. Puedes disfrutar de pasiones inhumanas. También están las flores, ay, las flores. Si las disfrutas en plena alergia encontrarás nuevos placeres, nuevas sensaciones, nuevos cosquilleos…Así que amigo mío sigue así, no te cortes, hasta puede que te copie el invento y también me empiece a colar yo en bodas jeje.
Ahora te contaré lo que me ha pasado:
Estaba disfrutando de una de mis combinaciones de ropa de abuela favoritas, cuando encontré un spray para pintarme el pelo de blanco. ¡¡¡Imagínate, por fin podía ser toda una abuela!!! Así que estaba yo ahí tocándome, cuando me apagaron las luces, pero entonces ocurrió algo increíble…¡¡¡una extraña luz verdosa iluminaba la habitación!!! No sabía de dónde provenía, pero gracias a ella pude ver algo en el techo, algo que parecía un nombre, algo que resolvería todos los misterios que me habían rodeado en los últimos años, algo que hasta entonces no había podido leer…Y que entonces tampoco pude, porque no sabía donde leñes había dejado mis gafas, así que me puse a buscarlas. Al pasar por delante del espejo del armario descubrí algo aterrador…¡¡La extraña luz brotaba de mi!!! Después de darme cuenta de que por fin mi cuerpo daba señales de aquel uranio que me bebí creyendo que era un nuevo feng-cóctel, me di cuenta que venía solo de mi pelo. Así que cogí el bote de pintura para el pelo y vi que ponía ¡¡¡fluorescente!!! Satisfecha de haber resuelto un misterio, me fui a dormir, con la extraña sensación de dejar algo sin hacer…Por la mañana, al despertarme, recordé lo del techo, pero mi pelo era normal otra vez, seguía sin encontrar mis gafas y para colmo, perdí el bote de spray…Aissss…
Así que así me he quedado, cegata perdida (me duelen los ojos de pegarme el ai-fon a la cara para poder escribir) y sin diversión de abuela superstar. Cuando las encuentre os aviso.
Saludos de mis partes: Dra. Di Forbole
Modo Gavela
Hace 12 años